La Virgen que salvó a Valencia.

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La falla Menorca-Luis Bolinches y la Asociación de Amigos del Museo Militar recrean el "enfrentamiento" franco-español de 1810 tras el cual se nombró a la Mare de Déu capitana generala de Valencia

Hace justo doscientos años las tropas francesas hicieron su segundo intento de tomar Valencia. Puerto de entrada de víveres y ropa, la ciudad se había convertido en objetivo preferente de Napoleón, que no dudó en lanzar sus ejércitos a la conquista. Llegaron hasta el Palacio del Real, junto a los Viveros (Jardines del Real), y se prepararon para el asalto, pero los refuerzos de Murcia y Aragón no llegaron y el frente de Tarragona se complicó, así que decidieron abandonar y concentrarse en Cataluña.


Aquella retirada del mayor ejército del mundo, sin derramar una sola gota de sangre, fue interpretada entonces como un milagro de la Virgen, que en sus 600 años de devoción ya se había ganado merecida fama en este sentido.


Ocurrió el 13 de marzo de 1810 y el 18 de ese mismo mes el capitán general de Valencia, José Caro, y el arzobispo Company le impusieron el fajín y el bastón de mando de capitana generala.


Ayer, dos siglos después, en Valencia y en plenas Fallas, aquella efeméride casi olvidada, pero nunca enterrada, cobró vida. Se encargaron de ello la joven falla Menorca-Luis Bolinches, creada el año pasado, y la Asociación Cultural de Amigos del Museo Histórico Militar.

La recreación comenzó con un pasacalles y la exposición de una imagen de la Geperudeta de principios del siglo XIX cedida para el acto por la Hermandad de Seguidores de la Virgen. Luego, las falleras mayores María José López-Trigo y Claudia Carrau volvieron a imponerle el fajín y el bastón, dando paso a la escenificación de aquel "enfrentamiento" entre las tropas napoleónicas y los granaderos valencianos.

En esta ocasión, para dar vistosidad al episodio y, todo sea dicho, conectando con el espíritu fallero, sí hubo combate. Ambos bandos, representados por una veintena de figurantes con uniformes de época, se emplearon a fondo con fusilería, los valencianos, y con una reproducción de un cañón original, los franceses.


Al final, lógicamente, ganan los españoles y caen abatidos los gabachos para júbilo de los presentes. La victoria se celebró lanzando salvas al aire con participación de las falleras y los presidentes, Juan Pérez de los Cobos y Manuel Navarro.

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